Programa Norte
La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey; la concejala de Igualdad, Bienestar Social y Participación Ciudadana, Yoya Neira; el presidente de la Fundación María José Jove; y María M. Lemos, presidenta de la Asociación Participa, han presentado esta mañana en el centro juvenil Remanso el programa Norte, un proyecto pionero de apoyo a jóvenes en situación personal o social de riesgo emocional.
El programa, que nace de la alianza del Gobierno municipal, a través de la Fundación Emalcsa, con la Fundación María José Jove y la Asociación Participa, surge de la necesidad de ofrecer respuestas al aumento de las conductas autolesivas entre los jóvenes, un problema detectado por instituciones educativas, servicios sociales municipales y profesionales de la salud mental. En este sentido, la edad de inicio se ha rebajado a los diez años.
El objetivo de Norte, según explicó la titular de Participa, María M. Lemos, es implementar hábitos saludables de autocuidado y manejo emocional efectivo entre jóvenes de 18 a 30 años. Se trata de reducir factores de riesgo como el aislamiento social, los pensamientos destructivos y la falta de autocontrol, aumentando los factores protectores (apoyo social percibido, seguridad, autocuidado, tolerancia a la frustración y capacidad de resolución de problemas). La intervención se realiza cuando los problemas emocionales son en sus primeras etapas y las niñas y los niños aún se encuentran en un nivel de riesgo leve, para evitar que la situación empeore.
Norte tiene 65 plazas al año, distribuidas en cuatro grupos. Actualmente han finalizado las sesiones de un primer grupo de 18 niñas y niños, que pasarán a modalidad de seguimiento, y el pasado 10 de mayo se comenzó a trabajar en un segundo grupo. La duración estimada del programa para cada participante es de seis meses: tres, asistiendo a las sesiones; y otros tres, de seguimiento, con posibilidad de continuación cuando sea necesario.
En este sentido, la alcaldesa, Inés Rey, ha destacado que “debemos trabajar juntos y juntos, desde las distintas administraciones públicas, con una estrategia a medio y largo plazo, porque la gestión de las emociones personales ya era un tema delicado mucho antes de la crisis sanitaria. por el COVID-19”. La alcaldesa ha destacado que “Norte nace de la colaboración público-privada, demostrando que todos juntos, yendo de la mano, podemos hacer frente a los problemas más urgentes de la sociedad en la que vivimos. Y la atención de la salud mental es urgente”.
Por su parte, la concejala de Bienestar Social, Yoya Neira, ha destacado la importancia del Norte como “una herramienta de intervención eficaz ante un problema que cada vez se manifiesta a edades más tempranas”. “Los servicios de salud solo atienden este tipo de situaciones cuando las personas están en riesgo moderado o severo, por lo que este tipo de proyectos cubre un espacio importante para la atención de la salud mental de nuestros jóvenes”, dijo Neira.
Felipa Jove también ha destacado que “desde la Fundación María José Jove llevamos años insistiendo en que nuestro sistema está muy centrado en formar ciudadanos competentes, pero olvidando muchas veces la parte más emocional de la educación. Y aquí es donde pierden los menores. Y cuando pierden, pierden a toda la sociedad. De ahí la importancia de programas como el del Norte.
Para María Lemos, “la valoración individual de estos primeros meses es muy satisfactoria; los ítems más valorados son la atención individualizada y la aplicabilidad directa del aprendizaje sobre gestión emocional. La valoración de los profesionales de la salud mental que les atienden valora también una evolución positiva, demostrando que tienen más herramientas para protegerse frente al malestar personal y mayor conocimiento sobre cómo reducir los riesgos asociados a lesiones personales”.
El programa del norte.
Norte comenzó el pasado mes de enero, con personas de los servicios sociales municipales y profesionales de la salud mental como complemento a las intervenciones en curso o finalizadas. Es un programa sociocomunitario, no clínico, que implica una estrecha coordinación, ya que cada participante es derivado por un médico o profesional y, a partir de ese momento, se establece un canal de comunicación para coordinar las distintas intervenciones que se llevan a cabo. Esta coordinación permite una mejor y más completa atención a las necesidades específicas de cada caso.
El programa aborda las diferentes necesidades de cada participante en cuanto a las dimensiones de su salud, desde el punto de vista personal, físico, social y emocional. Por tanto, el impacto de la intervención también mejora su vida familiar y social.
Las intervenciones se estructuran en dos niveles:
● Durante los tres primeros meses: combinación de sesiones grupales semanales de entrenamiento emocional con sesiones semanales individuales de salud social, hábitos saludables, actividad física saludable, ocio y cultura.
● Para los próximos tres meses: en formato de apoyo tutorial, las sesiones son individuales y de seguimiento con el personal docente del programa.